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Somos portadores de unos valores insospechados. Los cientificos dicen ahora que nuestro centro celular es de luz (takliones). Pero tambien es cierto que igual que ante una catástrofe natural o terrorista brota instintivamente en nuestro espíritu un sentido de solidaridad y de altruismo que a nosotros mismos nos sorprende, no lo es menos que ante la intervención de nuestro lado “oscuro”, tambien el poder dañino acumulado en el ser humano es increible. Estamos hechos de luces y sombras, esa es la misma polaridad que existe en todo lo creado en este plano denso de materia.
La fuerza interna actúa en ambas direcciones sea para el Bien o para el Mal. Son los dos extremos de una misma cuerda, igual que ocurre en magia, en espiritualidad, o en el ego en su doble vertiente, nos debatimos entre dos polos. Lamentablemente todos los extremos son perjudiciales y muy difíciles de mantener por mucho tiempo, por eso vivimos en una interminable contienda de bandos hasta lograr ese equilibrio, esa armonia perfecta que supone el acuerdo entre la personalidad del Ego y el Ser interno. Ese es nuestro verdadero objetivo en esta vida, y la forma en que lo consigamos sera nuestro trabajo de este ciclo material.
Una palabra, un deseo potente, la envidia, y sobretodo, nuestras propias inseguridades pueden provocar efectos nefastos en nosotros mismos además de un perjuicio para la colectividad. Nuestro primer contacto con el entorno se concreta mediante la vista, por eso dicen que una mirada vale más que mil palabras, y es cierto. Los ojos delatan a una persona si es pacifica o agresiva; si es coqueta o lasciva, si rabiosa o envidiosa, timida o provocadora.
Así pues, no es de extrañar que el ojo desde tiempos inmemoriales haya sido considerado como el principal transmisor de energías ya sean positivas o negativas del alma humana. Existen protectores de envidia desde tiempos inmemoriales como el ojo de Casiopea, o el ojo de Horus, porque desde que el mundo es mundo han existido Caín y Abel, blanco y negro, luz y sombra, amor y oscuridad.
La vista es el órgano que mas poder puede canalizar debido a su correspondencia con el hígado donde se acumula toda la rabia y la frustración, la simpatía y la confianza. Mediante la mirada podemos trasmitir esas emociones y muchas veces de forma inconciente. Si nos enamoramos los ojos nos brillan de luz, la ternura de la madre se percibe en la mirada sobre el bebe, el filtro de la ira se refleja en las chispas que desprenden nuestros ojos, y ante la envidia, se enturbia la expresión, se oscurecen la luz y los parpados se entrecierran como un felino dispuesto a atacar en la noche.
Es un malestar generalizado que comienza por agitación, cansancio, mala racha sin motivo justiciado, en todos los asuntos que estamos tratando y va in crescendo acumulando malestares y molestias.